2008/01/04

Giroa berotzeko - Para ir entrando en calor


Una buena manera de acercarse a la reflexión sobre la lectura, la animación, la afición por la literatura, etc... creo que sería leer las reflexiones que Daniel Pennac compartía con los lectores en su libro Como una novela (Anagrama) hace ya quince años. A pesar del tiempo las cuestiones que aborda en este pequeño ensayo-testimonio no han perdido actualidad y, sobre todo, están contadas con humor y un estilo ágil y de fácil lectura. Hay de todo un poco, pero entre la maraña seguro que todo el mundo puede encontrar experiencias fáciles de reconocer en su propia vida. El final es un decálogo sobre los derechos del lector, y en él desarrolla los siguientes artículos:

1. El derecho a no leer.
2. El derecho a saltarse las páginas.
3. El derecho a no terminar un libro.
4. El derecho a releer.
5. El derecho a leer cualquier cosa.
6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual).
7. El derecho a leer en cualquier lugar.
8. El derecho a hojear.
9. El derecho a leer en voz alta.
10. El derecho a callarnos.

Podéis encontrar reseñas e incluso partes del libro en la red, como por ejemplo la del blog Solodelibros (pinchad en la palabra). A pesar de ser un texto veterano, se ha reeditado mucho, así que no creo que os resulte difícil encontrarlo en una edición reciente.

Honen gehigarri ona izan daiteke Gianni Rodarik aspaldian idatzitako artikulu hau: "Bederatzi era berri haurrei irakurtzea gorrotatzen irakasteko". Rodariren estilo zorrotzarekin idatzita dago, jakina, eta hainbat lekutan argitaratuta aurki dezakezue, adibidez, hemen sakatzen baduzue. Euskerazko laburpen bat badago behintzat, Txilikuk, Juan Kruz Igerabidek eta beste batzuk prestatutako liburutto batean. Eta gainera liburu hau sarean dago, zure ordenagailuan doan jeisteko prest, hain zuzen ere hauxe da bera: Zer egin dezake nire ikasle batek liburu batekin. Liburuxka honetan gainera, Pennac-en dekalogoa ere badator, osorik euskeratuta.

3 comentarios:

-_- dijo...

Otra palabra que he aprendido, "ohar", "comentario". Por cierto, ¿es plural o singular? ¿La hache es muda?
 
Recuerdo a una profesora de Literatura, de cuando tenía 13 años, que me dio consejos contrarios en algunos puntos a los que ofrece el decálogo de derechos del lector que expones aquí.
En concreto nos decía que si un libro que estábamos leyendo no nos gustaba, terminásemos de leerlo y entonces emitiésemos nuestro juicio.
Claro, que no es obligatorio estar de acuerdo en todo con nadie :-P
En mi caso, la cantidad de textos (largos, novelas o monografías; textos cortos los leo constantemente) que leo está directamente influida por cuánto tenga que usar el transporte público a la semana :-)  Si tengo que coger mucho metro o autobús, leo mucho más.
 
Recuerdo que aquella profesora explicaba muy bien. Era agradable oírla. Nos hablaba de Pío Baroja, Lope de Vega, Rosalía de Castro, Gaspar Melchor de Jovellanos, Larra, etc.
Aunque cuando a la semana siguiente pasaba lista, uno por uno, y hacía preguntas orales algunos podían sufrir un poco. Era severa en el examen oral. No era mi caso (yo era buen estudiante), lo del sufrimiento. Aunque la tensión de que te pudiesen preguntar cualquier cosa en cualquier momento era un poco estresante. Era como si te pusiesen a prueba en todo momento y te juzgasen.
Y creo que esa tensión desanimaba a más de a los que estimulaba. Ese último era mi caso, que me lo tomaba con cierta (sana) competitividad.
 
Pero me parece que nuestro sistema educativo falla en la motivación de los alumnos. Quizá nuestra sociedad en general falle en la motivación del individuo al esfuerzo, la disciplina personal, la paciencia, el retraso de la recompensa para obtener un logro mayor, el tomarse los fracasos con cierto buen humor y humildad reparadores...
Las normas coactivas (con sanción de "palo o zanahoria") son demasiado simples para funcionar en el largo plazo y con grupos grandes de personas.
En la escuela de negocios, en Recursos Humanos, nos enseñaban que se es un buen líder (y un maestro necesita serlo, ser el conductor de un grupo) cuando consigues que la gente haga lo que es necesario hacer "porque ellos quieren hacerlo".
Claro que eso se lo dices a muchos jefes de empresas de la península y las islas y creen que les estás contando milongas.
No sé qué punto de vista habrá respecto a ese tema en la comunidad educativa.

Roberto Mielgo Merino dijo...

Respecto a la palabra "ohar", que significa "nota (anotación)", "comentario", aunque tiene varias acepciones más, te diré que en esa forma en concreto no es ni singular ni plural, sino "indeterminado". La forma singular es "oharra", y el plural es "oharrak". La forma indeterminada se utiliza en expresiones que expresan un número no determinado de "eso" de lo que estamos hablando (en este caso, comentarios). Así, cuando quiero decir "el comentario de ayer", escribiría "atzoko oharra", pero si quiero decir "un comentario" escribiría "ohar bat", y para expresar "algunos comentarios", escribiría "zenbait ohar".

Respecto a la cuestión de la motivación a la lectura de literatura, creo que falta en general llevar a las aulas la reflexión sobre la diferencia entre el uso académico de la literatura (para mejorar los usos lingüísticos, para adquirir conocimientos de tipo histórico, cultural, etc...) y el uso social de la literatura (fundamentalmente una creación artística asociada con el ocio, el disfrute, la evasión...).
Si la escuela (y otros agentes como la familia y otras instituciones sociales) no ofrece un espacio de relación con la literatura y la lectura más libre, más parecido a eso que hacemos con ella fuera de la escuela (y para lo que ha sido creada fundamentalmente), difícilmente la experiencia que los alumnos viven en relación con ella les llevará a sentir que leer literatura es algo atractivo, emocionante (es decir, que provoca emociones) a lo que merece la pena dedicarle algo de tiempo en esos espacios para el disfrute que uno tiene en la vida, además de llenarlos con el cine y la TV, las peiesteisons, el cuadrilleo y todas esas cosas que nos hacen sentir que la vida tiene sus momentos.

En lo que se refiere al liderazgo, estoy completa y absolutamente de acuerdo, pero me temo que, igual que en esos otros ámbitos laborales que tú describes, en la educación también nos falta bastante en general para interiorizar esa visión del ejercicio docente.

-_- dijo...

No sé si es el espacio más indicado, pero aprovecho para desearte un feliz final de año.

Saludos,